
Mi ángel, con su sonrisa, devoraba todos los monstruos de la noche.
Mi ángel, con su mano, saltaba sobre la mesita de noche para protegerme.
Mi ángel, a veces, mecía la luna bajo mi piel para que yo me durmiera.
Y mi ángel, con sus alas de ternura, me abrazaba para que no tuviera frío…
yolandasaenzdetejada